El ajetreo de la vida diaria va poco a poco dejando su rastro en nuestra salud mental. El estrés y la ansiedad generados por los altos índices de productividad exijidos desde los empleos de hoy, obligan a muchas personas a esforzarse más allá de sus límites. Este síndrome del «burnout» se ha convertido en uno de los grandes males contemporáneos que surge en la sociedad de hoy desde la alta conpetitividad en el empleo y el afán de destacarse en un mercado con personas altamente preparadas. En este escenario, la mujer se encuentra con un ambiente más hostil y con mayores dificultades para compaginar la vertiginosa vida laboral con la personal. Sigue leyendo aquí en el artículo publicado en El Confidencial o haz clic sobre la imagen.