Descripción de la madre al inicio del tratamiento con Neurofeedback.
«Mi hijo era un niño normal que, hacia los 15 meses, dejó de hablar, casi también de sonreír, empezó a llorar muchísimo y a ser muy obsesivo… A los tres años y medio, era poco obediente y muy agresivo con su hermano pequeño. Pasaba gran parte del día gritando o golpeando la cabeza contra la pared o el suelo. Sus obsesiones eran tan fuertes que regían nuestras vidas. Tenía problemas para bañarlo, para vestirlo y, especialmente, para evitar que hiciera daño a su hermano. Cualquier situación suponía una lucha. Se le diagnosticó autismo por esta época. Unos meses más tarde mi hijo empezó el tratamiento con Neurofeedback«.
Descripción de la madre tras 6 meses de tratamiento con Neurofeedback
«Se ha vuelto un buen niño pequeño. Me da besos cuando estoy triste. Ya no es más agresivo con su hermano ni con cualquier otro niño. De hecho, es bastante tolerante. Sus obsesiones se han reducido de una forma llamativa. Estoy muy agradecida de tener a mi niño de vuelta. Estoy convencida de que este tratamiento (Neurofeedback) le ha cambiado«.
Descripción por parte de su educador de los beneficios obtenidos con 8 sesiones de Neurofeedback.
«Desde que Sean comenzó sus sesiones hemos notado los siguientes cambios en él:
Interés novedoso en conversar con sus compañeros; se ha unido a conversaciones durante las pausas para comer
Escucha las instrucciones que se da al grupo y plantea sus dudas de una forma adecuada si no ha entendido algo, en vez de necesitar instrucciones repetidas tras las lecciones
Trabaja de forma más independiente en todas las áreas curriculares y está muy orgulloso de su independencia
Es capaz de generar ideas para escribir y organiza sus pensamientos independientemente
Recuerda hacer sus deberes en clase sin necesitar indicaciones.
Cuando está fuera de la clase, pregunta a un compañero sobre lo que se ha hecho en su ausencia y lo anota
En general, parece más consciente de todo de lo que solía estar.»
Arthur era un estudiante universitario de 24 años diagnosticado con trastorno Asperger que me fue remitido para tratamiento. Me dijo en la primera sesión en septiembre que probablemente se suicidaría si no conseguía una novia antes de finalizar el año académico. Había sufrido múltiples hospitalizaciones psiquiátricas y había tenido que dejar dos facultades por problemas con compañeros (ataques de rabia incontrolables). Se había negado a volver a su pueblo de origen durante muchos años ya que sentía una intensa rabia relacionada directamente con él, pues había sufrido maltrato por parte de sus compañeros en el colegio. Había dejado o había sido despedido de numerosos trabajos debido a sus dificultades. Su relación con la familia era bastante complicada. Arthur se enfadaba frecuentemente con sus familiares y se volvía violento y destructivo.
Hice con él ocho meses de psicoterapia que ayudaron un poco. Durante este periodo, cambió de residencia debido a conflictos sociales, dejó otro trabajo muy enfadado y al final de la etapa, fue rehospitalizado. No consiguió tener pareja pero no cumplió su amenaza. Por fortuna, durante este periodo, yo hice la formación en Neurofeedback. Y Arthur accedió a tratarse.
Tras cuatro meses de sesiones semanales con Neurofeedback, Arthur se echó novia. Espontáneamente volvió a su pueblo a visitar a su familia. Los ataques de rabia disminuyeron y después desaparecieron. Tras seis meses, con sesiones de Neurofeedback continuas semanales, Arthur mantenía un trabajo, iba bien en la Universidad y quizás lo más importante, había establecido y mantenido una relación con otra chica, relación caracterizada por reprocidad de crecimiento, comprensión y afecto. Un año y medio después, Arthur vuelve para sesiones ocasionales de recuerdo y todas sus mejoras se han mantenido. No ha habido más hospitalizaciones. Vive independiente en un apartamento en la ciudad. Ha continuado en la misma facultad y sus resultados académicos son buenos. Ha mantenido su trabajo durnate más de un año y tiene una buena relación con su familia. Ha creado un grupo de amigos en un grupo político en el que trabaja. Y no tengo ninguna duda de que Neurofeedback ha alterado el curso de su vida positivamente.
«Con anterioridad demostramos las mejoras significativas en las funciones ejecutivas y de comportamiento social en niños con trastorno de espectro austita (TEA) que habían sido tratados con 40 sesiones de Neurofeedback en un estudio no aleatorio de lista de espera. En esta investigación ampliamos aquellos hallazgos informando de los efectos a largo plazo del tratamiento de Neurofeedback en el mismo grupo de niños con TEA después de 12 meses.
El presente estudio indica un mantenimiento de las mejoras de las funciones ejecutivas y del comportamiento social tras 12 meses en comparación con los resultados inmediatos tras el tratamiento.
En este documental se aborda la complejidad del autismo. Una mirada profunda sobre este trastorno que nos abre los ojos ante la problemática y dificultades con las que viven a día a día los afectados y sus familias.
La palabra autismo, del griego auto-de autós, `propio, uno mismo’, fue utilizada por primera vez por el psiquiatra suizo Eugene Bleuler, en 1912. La clasificación médica del autismo fue dada 1943 por el Dr. Leo Kanner. A un tiempo un científico austríaco, el Dr. Hans Asperger, utilizó coincidentemente el término psicopatía autista en niños que exhibían características similares. El trabajo del Dr. Asperger, sin embargo, no fue reconocido hasta 1981, probablemente porque fue escrito en alemán.
El DSM ( Manual Diagnostico de Enfermedades Mentales) en su versión publicada en 1994, DSM-IV definía el autismo y sus trastornos asociados como “trastornos generalizados del desarrollo” (TGD). En la última versión el DSM-V, esta definición ha sido sustituida por el término “trastornos del espectro autista” (TEA), que han sido incluidos a su vez dentro de una categoría más amplia de “trastornos del neurodesarrollo”.
El concepto de Autismo abarca una serie de trastornos que afectan las habilidades comunicativas, la sociabilización y la empatía de la persona.
Las personas que tienen este trastorno tienen dificultades a la hora de relacionarse con los demás, de comunicar, de expresar cómo se sienten. La manifestación de estas alteraciones varía mucho en grado y forma de unas personas a otras. Estos comportamientos no sólo dificultan la vida de las personas con autismo, sino que también afectan seriamente a sus familias y personas de su entorno como tutores o maestros. También está asociado con rutinas y comportamientos repetitivos (estereotipias) tales como arreglar objetos obsesivamente o la reiteración de hábitos y costumbres muy concretos. En definitiva, el autismo es un Trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y por la pérdida de contacto con el mundo exterior.
Según la psiquiatra británica Lorna Wing las personas que presentan espectro autista reúnen las siguientes características:
Los padres de un niño con autismo son los primeros en notar comportamientos poco comunes en su hijo. Aunque es evidente que para unos padres puede ser enormemente difícil y doloroso etiquetar a un pequeño como “autista”, cabe decir que cuanto antes se haga el diagnóstico, antes se podrá actuar. Actualmente no existe una cura para el autismo. Sin embargo, las investigaciones indican que una intervención temprana en un entorno educativo y familiar apropiado, supone mejoras significativas para muchos niños pequeños con trastornos del espectro autista. Tan pronto como se diagnostique el autismo, la intervención temprana debe comenzar con tratamientos enfocados a desarrollar las habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas.
Actualmente se diagnostica con autismo a 1 de cada 68 individuos y a 1 de cada 42 niños varones; siendo cuatro veces más frecuente en los niños que en las niñas. Los trastornos del espectro autista se suelen diagnosticar formalmente a la edad de 3 años, aunque nuevas investigaciones permiten que la edad de diagnóstico sea sobre los 6 meses.
En la actualidad no existen medios efectivos para la prevención del trastorno de espectro autista, ni tratamientos eficaces o cura.
Las investigaciones más recientes confirman que una intervención temprana en un entorno educativo apropiado puede tener mejoras significativas en su tratamiento. Tan pronto como se realice el diagnóstico debe comenzar la intervención con programas eficaces orientados a la estabilidad emocional y el desarrollo de habilidades de comunicación, socialización y cognoscitivas.
Los principales tratamientos aplicables son los siguientes:
Educar a un niño es una tarea que requiere mucha implicación y energía, y esta inversión de esfuerzo es mucho mayor en el caso de niños con síntomas del espectro autista. Aquí hemos resumido diferentes tipos de tratamiento que están indicados. Pero es imprescindible recordar que los programas deben incorporar los intereses del niño, gustos, costumbres, preferencias etc. Ya que, cuanto más cómodo se encuentre el niño con un tratamiento, más fácil será de seguir, no solo para el niño sino para todo su entorno.
Algunos artículos reelevantes de estudios e investigaciones acerca de los trastornos del espectro autista se muestran a continuación:
Vídeo didáctico animado que muestra de una forma sencilla qué es lo que sucede en el cerebro de un niño que padece el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. Muy práctico para comprender la base del trastorno y los síntomas que se asocian a éste.
Cuentos infantiles: Pincho se va de vacaciones
Ideal para trabajar con alumnos con TDAH
Descubre el reportaje realizado por el equipo de Documentos TV titulado: «El dolor del silencio» acerca de la Fibromialgia.
Un revelador programa de Documentos TV que analiza este trastorno a través del relato de las personas que lo padecen, mostrando las pruebas científicas que sustentan la realidad y el drama de la enfermedad. El documental indaga además en las búsqueda de tratamientos eficaces de esta dolencia ignorada por la sociedad médica y sin apoyo gubernamental.